Doña Paulina de Valenzuela al otorgar su testamento en la ciudad de París (Francia), el 4 de abril de 1936 dejó muy generosamente la mitad de sus bienes, con el fin de crear un instituto para la infancia desamparada de la ciudad de Bogotá que comenzó a funcionar en 1940.
En principio el producto de los bienes de doña Paulina, fue utilizado en ayudar a varias obras ya existentes en la ciudad, pero la idea primordial de los directivos de la Fundación fue la de tener una sede propia, motivo por el cual, se adquirió un lote para su funcionamiento en la calle 106 en Bogotá.
Una vez terminada la construcción, la obra fue confiada a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, el 15 de enero de 1950, desde entonces y hasta el año 2000 la comunidad religiosa prestó su servicio en la Fundación a las niñas que fueron matriculadas.
A partir de ese año, pasó a ser dirigida por laicos comprometidos conservando su espíritu de apoyo a niñas de bajos recursos o en condición de riesgo. Actualmente nos encontramos ubicados en Madrid Cundinamarca y seguimos contando con el apoyo invaluable de la familia Germán Ribón, nuestros principales benefactores.